Este es, sin duda, un restaurante no apto para personas fitness. El precio a comparación de otros puestos de hamburguesas es razonable, por el precio que compras una hamburguesa en una franquicia, digamos que una whopper cuesta 8, acá compras el combo por 10. Son hamburguesas minimalistas, jugosas, de verdad se siente que es de un food truck, asquerosas en el buen sentido. Las Anti Fries por otro lado son otro abuso más, papas curly con una salsa signature cebollina y bacon crujiente, pero bacon en cantidades abusivas. Están ricas, de eso no cabe duda, pero hay que comerlas rápido, porque sino la salsa se come las papas y van perdiendo el crunch. Una cosa, todo está caliente, muy caliente, entonces hay que tener cuidado, este restaurante es una bomba de calorías, colesterol y todo eso que no es bueno para el cuerpo, y eso me encanta.
