Tenía muchas expectativas de este sitio. Está escondido detrás de la nevera de helados en Gut. El lugar es bonito y se ve acogedor, tiene mesas, sillas y una barra, el personal aunque amable y agradable, no estaba bien entrenado para servir. Pedimos unos tragos, al primer trago se quedaron sin el licor, pedimos unos vinos y la copa vino con un dedo y medio de vino. Eso sí, la hamburguesa estaba muy buena, sin embargo quedamos desencantados por la mala experiencia.

Despues de leer varias reseñas que recomiendan el desayuno dominical de este lugar, fuimos y resultó ser una decepción. Ambiente: Necesitan mejorar la ventilación pues como usan estufas en la sala que es totalmente cerrada con vidrios, cuando cocinan se llena de humo y el olor es invasivo y molestoso. La música no era la adecuada para una velada mañanera y desde nuestra mesa se escuchaba solo el bum bum bum algo estresante. Servicio: esta es la peor parte, la mesera que nos atendió parecía ser nuevaen el trabajo, no sabia responder nada, todo tuvo que ir a preguntarlo. Un segundo mesero tuvo que venir a explicar ciertas cosas, porque ella andaba como en otra dimensión. Deben entrenar bien a sus colaboradores antes de ponerlos a atender publico solos. Comida: Nada del otro mundo, mas bien podrían agregar mas items, no ofrecen mucha variedad y hay que hacer filas separadas para las omelettes, waffles, y tacos. El bistec encebollado rico pero no era bistec, mas bien era carne deshilachada, el dim sum incomible. Las estaciones son pequeñas, se acaban los items rápido, tardan en rellenar. Un desayuno sobre valorado en $25 para lo que es sin items especiales, de bebidas solo incluyen jugo de naranja.y cafe, si quieres jugo de otro sabor te lo cobran aparte (advertidos por la mesera).

Costo, calidad, precio, el mejor deal de todo Panamá. No vayas ni por el ambiente ni por el servicio, ve por la comida: la creatividad e increibles sabores del chef José. El concolón es un "must", que todos los dias lo ofrecen con distintos acompañantes. Una delicia!

Fabien Migny ha hecho de Tanino un lugar de culto a la buena gastronomía, un sitio donde se conjugan los excelentes ingredientes, el dominio impecable de la técnica y una creatividad sin límites. El menú se divide en Tapas, Entradas y Platos. Cada uno mejor que otro. Recomiendo el Frito de Queso de cabra: queso apanado y frito servido con lascas finas de prosciutto y una mermelada de tomate de árbol, la Crema de Petit Pois con tocino y un phyllo de queso de cabra, la Cazuela de Entraña Ahumada: trozos de entraña servidos con vegetales al grill (una delicia de verdad), la Ensalada Boston de Boquete: una lechuga Boston entera y crujiente que esconde entre sus hojas un crumble almendras caramelizadas y queso gorgonzola y terminado con una vinagreta balsámica reducida a sirope casi. Los gnocchi con mantequilla de trufas son de muerte lenta, la Cazuelita de Pollo al curry con arrocito es divina. Dos días a la semana el Chef sirve platos especiales según lo que encuentre en el mercado. A veces hace pastas en vivo, como unos linguine carbonara con centollo, y a veces un sencillo pero delicioso carpaccio de la pesca del día. Toda una experiencia sobre todo para los comensales que se sienta en la barra. Los domingos uno de los mejores Brunch de la ciudad, los ofrece esté pequeño bistró por lo cual recomiendo reservar con varios días de antelación, porque se llena completamente. El menú del brunch es variado, pero siempre incluye huevos benedictinos, pancakes, un par de carnes, huevos en cazuela, bagels artesanales con salmón ahumado, mimosas, bloody marys, entre otros. Por cierto, no se pueden ir sin probar el Mousse de Chocolate. Sin duda, un lugar TOP en Panamá.

Excelente lugar con un increíble ambiente. Es una tienda con un café pero el café recientemente se ha aliado con Andrés Madrigal para realzar su menú y la oferta y calidad de la comida ha hecho un giro de 360 grados. Todo delicioso! Te recomiendo las sopas, siempre ricas y creativas. Las ensaladas son bien gourmet y diferentes, el pollo del corral es wow, increíble- . La oferta de vinos por copa buenísima. Pero si hay algo por lo que vale la pena entrar en el caos de Obarrio es por el tiramisú de Nina. De muerte lenta! Aprovecha y dale una vueltecita a la tienda, tiene artículos para la casa muy finos y muy originales.

Me gustó mucho Camila´s - lo descubrí por casualidad, por encontrarme en el área de Punta Pacífica. Tiene una terraza simpática para comer o tomar algo. Pedimos de entrada el dúo de arepas de langosta con aguacate y la otra de entraña con platanitos en tentación. De-li-cio-sas! Mi acompañante pidió una entraña (bueno una entraña no hay mucho que hacer con ella más que sea de buena calidad (importada) y cocida al término que es. Estaba rica. El risotto de hongos que pedimos también muy rico. Buena selección de vinos, el lugar tiene mucho caché y la decoración es preciosa. Lo recomiendo 100%

El lugar es un éxito como todo restaurante que recién abre, el reto es mantener el ritmo, por eso deben esforzarse por mantener buena calidad y servicio especialmente para sobrevivir en el Mall. Lo que probé me gustó (tostadas mixtas) me parecieron muy buenas y sobre toda buena relación calidad precio ($6.99) por 6 tostadas de pollo, pastor y carnitas - un plato que fácilmente se puede compartir entre dos o tres. Los burritos de carne estuvieron buenos. Tengo que volver a probar otros platos, pero me parece buen lugar (hacen sus tortillas ahí mismo).

Cocina libanesa bien hecha, recomiendo la mesa libanesa que se puede compartir y trae de todo: kibbe, falafel, sambusak, babaganoush, hummus, labne, panes, kebabs... Los mejores kibbes que he probado los hacen aquí. Es una buena alternativa al bullicioso mundo de Beirut, aquí es más tranquilo y el servicio es muy bueno. El único problema es el estacionamiento, por lo demás, me encanta este lugar.

La joya escondida de Coco del Mar. Está ubicado en una casa el restaurante San Domenico de cocina italiana gourmet. Sorprendió entrar y encontrar el sitio totalmente lleno un día de almuerzo, y el chef con un fuerte acento (italiano obvio) nos recibió y recomendó probar el trio de pastas hechas en casa (ravioles, tortellini y gnocchi) estaban realmente buenos. Unas con trufas, otras con lentejas y el gnocchi con una delicada salsa de tomate natural. De entrada pedimos una ensalada capresa (nos convenció el chef al indicar que el queso mozzarella es hecho en casa) -- lo cual particularmente llamó la atención. El carpaccio de res magnifico, la carne fresca y adornado con hojas de arúgula y parmesano de buena calidad. El lugar es pequeño y acogedor, y el servicio bastante bueno.

Excelente propuesta la de Madrigal Panamá. Hay que probar el foie gras y el postre Valle de Antón. Volveré por más!