Un lugar donde hablar de que a uno le sirvieron un "plato de obrero" es quedarse corto ante la realidad de lo que te sirven en cuanto a las cantidades y porciones. Saliendo de David, paré con mi novia aquí para almorzar. Pedimos una sopa chica de wantón, una orden de ea tones fritos agridulce y una orden de arroz frito de combinación. La sopa chica no tiene nada de chica; la orden de wantones trae 10-12 wantones y el arroz frito de combinación es un cerro de comida. Eso sí: todo, absolutamente todo, estuvo delicioso. Mención especial para los wantones, que creo que son los mejores que he comido en el país. Y a precios súper económicos.
El servicio fue atento por parte del mesero que nos atendió. Bastante amable y cordial. Los tiempos de servicio fueron bastante buenos. La razón por la que le califico bajo en el servicio fue por que me fue imposible ir al baño. No sé si fue por algún cliente desconsiderado o por negligencia del local de no limpiar, pero los baños no pueden presentarse así a la clientela.
El ambiente es el típico de los restaurantes de comida china: mesas de 4 o más personas, escritos chinos en las paredes y un lobby en la entrada que te recibe al llegar. Lo único distinto (que no entendí muy bien) fueron las pantallas de televisión.
Luego de ver lo del baño, no quedé con ganas de ir a sentarme a comer allí. Pero, como dije en un comentario anterior de un restaurante en Volcán, en el interior uno va a los restaurantes por el sabor de su comida y nada más. En base a eso, me permito recomendar. Este lugar para pedir para llevar.
