Estuvimos sábado en la noche. El estacionamiento es amplio. Estaba concurrido (sin estar abarrotado), principalmente por extranjeros de lengua sajona. Había un DJ con música estridente apta para el público presente, que bailaba contento y que acepté de regular agrado. El horno que tienen lo deja ver a uno, la rumba de las llamas, para las pizzas que hacen elaboradas con leñita. La que probé, una "fully loaded" estuvo buena, esperé sentirle más el humo pero no fue así. Probamos también un pescado vendido con nombre asiático (tailandés) pero me supo a un pescadito de una buena sopa caribeña. La copita de vino de mesa, bien llena, rojo o blanco, chilenito, por B./ 4.00 tiene un buen precio. Al lugar podrían hacerle unos cambios en la decoración porque la presentación del restaurante deja mucho que desear. El mesero que nos tocó fue amable y siempre estuvo disponible.
Platos recomendados
Calificar el restaurante (recibe 20 puntos)
Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Fui viernes en la noche, nada que ver. Servicio sólo una persona y demorado. La hamburguesa por $10, 1/4 de libra nada especial, casi quemada. No lo recomiendo.
Fuimos en familia un domingo. El servicio es muy lento y hace demasiado calor en ese restaurante. La música es variada pero no va acorde. Los platos llegaban uno a la vez con mucha demora y al mesero se le olvidaba traer los cubiertos. No tenían sancocho ni pizza. Así que ordenamos una sopa de zapallo la cual estaba buena. Penne primavera a los que les faltaba sal. Y unas alitas que si sabían bien. Por último, llegó la corvina caribeña que no tenía nada del otro mundo.
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