En busca de un lugar para solo para cenar, encontramos en paraíso mismo el cual repetiríamos 100 veces mas. Nos recibió la calida sonrisa y excelente atención de Angelica, 10/10 esta muchacha. Éramos 4 buenos comensales; pedimos de entrada berenjena y las arepas con queso. Ambos deliciosos. Comensal uno podio hamburguesa, ese pan y la carne se llevó nuestro primer ¡wao!, con batido de fresa. Comensal dos, pidio un filete de pechuga de pollo que lo hacían supirar del gusto, con licuado de fresa. Comensal tres, hasta bailaba de lo sabroso que estaba, el filete mignon lo hacía brincar de felicidad, con unos crujientes patacones y una exquisita copa de vino rojo. Comensal cuatro, un delicioso filete de mero en salsa de hongos y alcaparras, batido de zarzamora y una cooa de vino. Nombe no, esta comida estaba de rica! Presentación, cantidad y precio, todo excelente. Clara-mente que volveremos!
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