Casa Florencia

Viajamos de Panamá hacia El Valle, sólo para probar la comida, y valió la pena! Auténtica comida italiana, exquisíta! Nos reciben con una brocheta y prosecco! Pedimos el ragú de cerdo! Y el gnocci de queso! La atención excelente! Muy cortés y encantadores! Atendidos por italianos y el chef salió a saludar!

Una opción diferente en El Valle, nunca imagine que sería tan rico, la atención es muy buena, te explican los platos, tienen variedad, los ingredientes se sienten muy frescos, recomiendo la lasagna de carne, los platos tienen buen tamaño, dan de cortesia una entrada y bebida, me parece un lugar muy completo.

No os dejéis llevar por la imagen exterior del restaurante, este romperá el mito de que un restaurante con presencia y decoración lujosa es sinónimo de buena comida y viceversa, no hay lugar para la duda de que si estas próximo a este restaurante y te apetece una buena comida italiana está debe ser tu elección, aquí corto mi calificación y dejo a los futuros comensales la oportunidad de sorprenderse como yo lo hice.

Que puedo decir? Este es probablemente mi favorito restaurante en todo Panamá. Una experiencia especial cada vez que vamos no solo por la comida, la cual es consistentemente deliciosa, autentica, y fresca, pero hecha todo lo mejor por el servicio. Te atienden como en familia con una sonrisa sincera y copita de vino espumoso los dueños mismos, unos amables italianos radicados en el país desde hace 3 or 4 años, en un ambiente al fresco, simple y sin pretensiones. Regresando al tema de la comida (lo mas importante!), se merece enfatizar lo delicioso que son todos los platos que hemos probado, incluso la lasagna, el ragu de res, y mi plato favorito - el gnocchi con queso gorgonzola. Todo desde las entradas hasta el vino y postre son de lo mejor. Se ubica en la calle que conduce a Valle de Anton, pero no queda lejos de las playas en la Carretera Panamericana. Definitivamente vale la pena el desvío.

Es como estar en Italia. Auténtica comida florenciana, sabores frescos. Todo fue riquisimo, desde la entrada hasta el postre. Volveré cada vez que vaya al valle.