Bruschetta

Fuimos a cenar porque es una costumbre siempre que venimos al Valle cenar en este pequeño y acogedor restaurante ya que suele estar siempre todo sabroso pero esta vez ahí que darles una pequeña corrección porque el sancocho estaba subido de culantro de una manera incomible y fuimos exclusivamente a tomar sancocho. Además se veía a la mesera como despistada, parecía nueva o andaba pérdida. En fin esperemos que haya sido solo un mal día y vuelvan al buen camino.

Fuimos 2 noches consecutivas a cenar y ambas salimos muy satisfechos. Cenamos una cazuela de mariscos con patacones y arroz blanco que estaba buenísimo, la cazuela una porción generosa. La siguiente noche ambos cenamos un sancocho y un pie de Limón, que estaban muy ricos. Calidad precio muy bien, con buenas raciones. Siempre que hacemos una escapada al Valle cenamos en este lugar porque nos encanta tanto la comida como el trato que es cercano. Algo que mejorar del lugar es el tema de los perros callejeros que andan rondando cerca del restaurante y a veces entran hasta las mesas de la terraza. Creo que con una valla para cercar el perímetro del lugar se podría evitar esa pequeña incomodidad.

La atención es regular, apenas notan tu presencia llegan con el menú y la comida no demora mucho. Mi esposa pidió una corvina pero estaba salada. Pedí un salmon y estaba regular a bueno. Pedimos una bruschetta de entrada con pollo y estaba rico.

El único detalle negativo es que cuando llueve, te puedes mojar un poco, pero es un excelente local para degustar alimentos naturales, con mínimos preservantes y deliciosos. Volveré cuando pueda. Recomendado!!!!!

Un bonito y tranquilo lugar como todo en el Valle de Antón, con comida muy sabrosa, y aunque solamente tenían a una chica de mesera está pudo moverse rápido y llevar la comida en buen tiempo, de verás está siempre será una buena opción para poder comer algo rico y a buen precio