La Locanda (Obarrio)

Pedí un risita de mariscos el cual aunque abundante estaba muy condimentando con crema lo que le hacía perder su sabor a marisco . La pizza de pollo era demasiado grande para una porción personal lo que no está mal para quienes desean cantidad más no tanta calidad! La atención fue excelente y el ambiente bueno !

Me invitaron a almorzar por mi cumpleaños, la atención fue buenísima hasta me cantaron el happy birthday con el postre por cortesía del restaurante. Me encantó la organización de los meseros y pleno conocimiento del menú, todos los platos riquísimos, pollo a la plancha con hongos, pizza La Locanda y ensalada con pollo, cuentan con buenos vinos tinto y blanco y el postre tiramisú fuera de serie. Cuentan con estacionamiento en la parte trasera. Full recomendado.

Excelente opción de comida Italiana. Las ensaladas y las pizzas son divinas. Además son muy atentos, y el local se hace acogedor. Recomendado!

Fui con mi pareja en sábado al mediodía. Me gustan las pizzas del restaurante y normalmente pido la locanda pero pido que me cambien el jamón (que es de puerco) por pollo, normalmente lo han hecho, pero en esta ocasión aparentemente el cocinero (con respeto pero no puedo llamarlo chef por su actitud, o al menos eso fue lo que me dijo la mesera que nos atendió) no estaba de humor para hacer el sencillo cambio que habitualmente solicito, así que la mesera tuvo que ponerse creativa y ofrecerme una combinación que pudiese dar como resultado lo que yo podría estar esperando (le quedó bien el invento). Comento esto porque los restaurante no solo deben caracterizarse por tener buena comida, con buena calidad y un equilibrio de precio-plato; sino también en el cuidado de sus clientes y si no es una exigencia que pueda salir de toda lógica o contexto, satisfacerlos hace que se cree lealtad y corran la voz de que es un restaurante que realmente se preocupa por sus clientes/comensales. Ojo... A los dueños... Que cuiden esos pequeños grandes detalles!

El ambiente es super agradable y cómodo, muy bien decorado y espacioso. La comida esta normal, nada del otro mundo. Un menú muy variado y buenos precios. No sé si fue mala suerte o si siempre es así el servicio del restaurante, la verdad que nuestro mesero presentó una actitud muy arrogante y de mal gusto, eramos un grupo de jovenes de 17-18 años pero al final seguimos siendo clientes y merecemos un buen trato ya que igual que todas las personas estamos pagando . Espero que esto no sea siempre así.