Fuimos a la hora del Lunch un miércoles, y es la peor comida que hemos probado en años. Pedimos un pescado en salsa de Maíz que estaba malísimo, el arroz frito estaba duro y sabía a aceite rancio, los wanton de camarón refritos y rancios . La atención de los meseros, en especial de un asiático muy delgado con un corte de samurai muy mala . La verdad salimos del restaurante riéndonos a carcajadas de lo irrealmente malo que estaba todo.

La atención buenísima, hasta que le pedimos agua a la mesera y nos dijo que no podían dar agua, que solo vendían botellas, que la jefa se lo tenía prohibido .

Un ambiente muy acogedor. Bella Decoracion, pero afuera se está mejor que adentro, ya que la iluminación es un poco alta. El risotto de mariscos exquisito. La sangría ok.