Fui con un grupo de amigas el sábado 01 de octubre con una reservación la cual nos advirtieron que sólo la mantendrian por 10 minutos. Llegamos puntales a las ocho (hora de la reserva) y nos dejaron sentados/de pie por un período de 15 minutos pues todas las meseras y dueña muy ocupadas para atendernos. Luego de la espera nos sentaron en una mesa de dos y pusimos la queja que la reserva era de cuatro personas, la mesera nos puso una cara de descontento y fue en busca de la dueña. Nos pasaron a dos mesas de dos personas unidas, que lo hizo la dueña pues la mesera brillaba por su ausencia. Nos entregaron el menú luego de estar sentados casi 15 minutos , cuando la mesera llego le comentamos que uno de los comensales era primara vez que iba, que nos tratara bien y nos ayudara con el menú. Nos miro con cara de locos y nos dejo solos por otros quince minutos. Luego de tener que silbarle y señas se acerco para tomar el entrante /bebidas (ya llevabamos 45 minutos en el restaurante) le pedimos recomendaciones y no quiso ayudar, todo el rato mirando para otro lado. Terminamos ordenando la entrada, bebidas y se esfumo nuevamente. LLegaron las entradas y pedimos el plato fuerte y demás. La atención fue FATAL al punto que no nos quiso traer agua y eso que dos de los comensales tenía vasos de agua desde un inicio. Le solicitamos el menú nuevamente para verlo y no lo quiso traer. Al preguntarle por otros platos que pasaban por donde nosotros, pues estabamos sentados al lado de la ventana de la cocina, se nego en contestar. Al final la comida fue muy buena pero el servicio EL PEOR en la ciudad de panamá. Se imaginaran que no dejamos ni un centavo de propina, nos retiramos del restaurante muy descontentos. De querer está comida pedirla para llevar, pues ir al restaurante en un insulto para el cliente que lo tratan como si fuera un gran favor el atenderlo.