Cuando fui a este restaurante encontré que la comida no se destacaba mucho, que las porciones eran pequeñas, un poco caro y que me trataron de engañar con un postre. Comí un poco de pulpo con una porción muy pequeña y luego una pizza, que estaba aceptable, aunque no fantástica. Aparentemente los dueños son italianos, pero son más empresarios que expertos en cocina. Lo anterior lo digo por el tema del postre. Pensé que el restaurant estaba pasando la prueba con nota apenas suficiente hasta que pedí un tiramisú. Como Ustedes saben, el tiramisú es un postre hecho, a grandes razgos, de un bizcocho húmedo, con café y queso mascarpone. Mi sorpresa fue grande cuando la mesera me trajo un plato lleno con crema con unas galletitas adentro. Le dije a la mesera que ese no era un tiramisú y se lo describí. Ella me dijo que sí sabía, casi asignándole la responsabilidad al cocinero. La pregunta del millón de dólares es ¿por qué no me dijeron que no había en vez de tratar de engañarme? Obviamente me prometí no volver más..

Muy buena la comida. Me comí un filete y estaba excelente. Por otra parte, la atención muy diligente y oportuna. Muy buena alternativa para comer en familia.

Realmente pésima la atención. Como cliente me sentí maltratado. Yo soy extranjero, casado desde hace muchos años con una panameña, nunca me habían tratado así. Sin tener indicadas las mesas reservadas me decían " en ese no", me sentaba en otro y me decían lo mismo. Sin tomarse la molestia de indicarme en cuál sí se podía. Luego de lidiar con ellos porque no tenían indicadas las reservas, nos sentamos y prácticamente nos conminaron a irnos en un marcado acento venezolano. En mi vida en Panamá, afortunadamente nunca un panameño me trató así.