Muy buena opción en un local sencillo y de pocos lugares, pero la comida lo valió. Si quieres cerveza debes buscarla en el local en el piso superior, pero sino tienes sake y jugos.

Si buscas una excelente experiencia para tu paladar, Maguro debe estar en tu menú. Comenzamos con unos cocteles y unas entradas para compartir... se destaca el carpaccio de salmón. Luego nos pasamos a una degustación de 5 carnes, no necesitan acompañamiento, aunque alguien podría sugerir que hace falta, no era necesario en nuestro caso, y disfrutamos cada tira de carne sin eso. Acompañamos con unas cervezas japonesas y cerramos con tres postres... para mi una excelente panacotta. Valió la pena.

Siempre es una excelente opción. De entrada optamos por unas bravas (en su justo picante), unos panecillos fondini (exquisitos, acompañan todo, no dejen de pedirlos), y unos camarones fritos en salsa. Platos principales: porc au port y corvina siciliana. El solomillo de cerdo muy bien presentado y la salsa de Oporto brillaba! La corvina abundante, sabrosa y con su acompañamiento de polenta frita apenas húmeda, sabrosa y en buena liason con la salsa! Todo acompañado con un verdejo. Excelente. Cerramos con turrón acompañado de helado y creme brulee. Para no decir que estaba todo perfecto, podemos decir que la crema no estaba con la consistencia perfecta, seguramente no era del día... pero no arruinó la velada. Volveremos siempre. Critica al volumen del violín en vivo, es siempre agradable la música pero no es necesario que sea invasiva.

Toda una agradable sorpresa... al principio parecía un exceso de cortesía de todo el staff... luego lo ves natural, cuando todos se comportan igual. El ambiente tal vez excede lo deseable en términos de dibujos y colores, tanto en las paredes como en el estampado de las sillas, se sobrevive... En términos de comida y bebida: una falla... cuando uno pide un whisky o un vino en copa, es bueno que te lo sirvan con la botella vista. Excelente las entradas: ossobuco exquisito, almejas con salsa y el pan con queso fundido supremo! Luego como plato principal disfrutamos unos linguini vongoli y unos camarones saint Jaques exquisitos ambos. Volveremos, dicen que la carta tiene 78 platos... no los conté... pero si todos promedian lo de esa noche valdrá la pena.

Siempre es una buena opción. Fuimos por el pato... volvimos un poco decepcionados... no había. Pero siempre tienen buenas opciones.

Comimos rico, probamos unos platos nuevos, entre ellos la tortilla de salmón que estaba muy bien. Una giosas de camarones normalitas y una entrada de atún muy buena. Le sumamos un sushi y pasamos una buena cena.

Sencillo. Nos decidimos a visitarlo porque nos encanta Mr Limón y ellos nos recomendaron visitarlo. La comida (un pollo estándar con sus salsas, yuca y papas) estuvo muy bien. No es comida gourmet, pero si estás con ganas de comer abundante y rico, es una buena opción.

Siempre excelente. Hoy vinimos por el pato pekinés... uf... felicito. Lo acompañamos con unos tallarines... Todo exquisito y recomendable. Cerramos con un pie de limón. Volveremos. Una mención especial para la limonada con coco.

Primera vez que me pasa... pero tengo que calificar muy mal. Pedí unos primavera de entrada y el pato pekinés, 10 minutos para decirme que no lo hacían (al pato). Ok, pedimos otra entrada, wantong al vapor, un cerdo a la miel y un pollo laminado... y siguió el desastre de atención... unos 20 minutos para que aparecieran los arrolladitos, casi una hora para la otra entrada, mal humor creciente... luego de más de una hora apareció uno de los platos (el cerdo)... sin mayores pretensiones ni elaboración, la salsa totalmente anodina, 10 minutos para el plato siguiente... y oh sorpresa, no era un plato elaborado, llegó con el frío del refrigerador acompañando... completito...

Casa Urrutia siempre cae bien, en particular por lo más importante de un restorán que es la comida. Hicimos entrada con croquetas de jamón (recomiendo que la presenten sin mayonesa o con una salsa con base de tomate), camarones y arañitas de buen pasar y un pulpo a las brasas que estaba excelente, se deshacía en la boca y con un ahumado muy justo. Para plato principal fuimos por bacalao a la vizcaína -muy bueno!, acompaña lo tradicional del restaurante vasco- acompañado de arroz (le agregaría un toque de verde al arroz, tal vez ciboulette o cebollín para hacerlo más vistoso, blanco sólo a pedido) y un solomillo que tenía muy buena presentación. Punto bajo para la poca empatía de algunos de los muchachos del servicio, tal vez porque fuimos a última hora y el cansancio pesaba, pero una sonrisa y menos formalidad en la atención a veces suman.