Es un clásico que siempre funciona, aunque últimamente se ha encarecido bastante y la carta es menos extensa. Tiene buenos platos de pescado (corvina a lo macho, a la perricholi, perla del pacífico...) y el puré de papas gratinado que los acompaña es muy rico. Las raciones son abundantes.

La comida es sabrosa, pero la relaciòn calidad-precio no compensa: es costoso para lo que ofrece y las porciones son escasas. Ademàs hay poca variedad en los rollos (hay muchos prácticamente iguales, con los mismos ingredientes en el interior y solo algún ingrediente distinto en el exterior). La sopa miso es muy pobre, prácticamente es salsa de soja aguada. En los sushis que ordene había algunos con muchìsimo wasabi, que ahogaba todo el sabor del pescado, y otros sin apenas rastro de esta salsa. Salimos con hambre. En resumen, creo que hay muchos restaurantes de sushi en la ciudad que ofrecen mejor calidad y cantidad por menos precio.

Reservamos para ver la final de liga de fútbol y el volumen no funcionaba, el aire acondicionado tampoco y el ruido de los abanicos era horrible. Las bravas malísimas y medio crudas. Los sandwiches carísimos y muy secos, todo pan. Teníamos que levantarnos a buscar a los camareros cada vez que queríamos ordenar algo porque nunca se acercaban a ver si queríamos algo. No regresaremos y no lo recomendamos en absoluto