Muy buena comida en general. Precios un poco elevados pero es langosta así que se justifica. La pasta estaba un poquito simple. Lugar acogedor y muy buena atención.

Muy buen restaurante con ambiente fresco, cómodo y acogedor. Excelente para una noche casual. No recomiendo nada apanado, pues el apanado es el mismo para todo y es una capa gruesa que inhibe el sabor casi completamente de los alimentos, y los palitos de queso casi no tienen queso dentro, pero por lo demás todo estuvo perfecto.

El lugar es cálido y pequeño, acogedor pero de cierta forma moderno. La atención fue muy buena desde que ingresamos al lugar, y solo falló levemente en un momento en que estaba llegando una gran afluencia de clientes. La comida muy buena, aunque la pasta 4 quesos no me convenció, le faltaba sal y tenía un sabor algo amargo, pero asumo que eso es por la selección de quesos del chef, asumo que simplemente fue cuestión de gustos diferentes. En general, un buen lugar para una salida casual

La atención fue excepcional, la joven Verónica nos atendió y fue muy atenta. Pedí junto a un amigo una “tarde de té” por su sugerencia, que era un mostrador de un poco de todo, desde pizzas y panes hasta los postres, y cada cosa era más rica que lo anterior. Era una cantidad excelente y traía dos bebidas, para las cuales pedimos chocolate, que estuvieron increíbles. Definitivamente volveré!

La experiencia fue aceptable. Los pancakes de la primera ronda que pedí (all you can eat pancakes) estaban deliciosos, esponjosos y suaves pero de ahí en adelante fueron densos y masosos, casi como si les hubiese faltado un poquito de cocción. El chocolate caliente estuvo muy bueno. Las órdenes tardaron un poco más de lo esperado y el lugar no estaba muy lleno.

El servicio y la comida estuvo excelente, los precios son algunos de los más económicos que he visto en el casco y no por esto sacrifican sabor o cantidad. Buenas porciones, buena variedad y buena atención. Definitivamente un lugar donde volver!

La comida no tenía un sabor excelente, lo que yo pedí (base de fideos de huevo con salsa de ostras, pollo y hongos) tenía un leve sabor a ahumado, como si lo hubieran salvado de quemarse por poco. El ambiente es lo que se puede esperar de un food court, ruidoso y concurrido, pero en sí en la parte interna del restaurante tienen mesas, solo que los banquillos son bastante pesados y un poquito difíciles de mover a la hora de sentarse, a parte de que el espacio de la mesa en sí es reducido. Por lo demás, atención rápida y paciente solo que un poco desentendida, como es de esperarse. No tiene nada extremadamente impresionante, lo recomiendo para salir del paso o probar por curiosidad, pero no mucho para comer regularmente.

La comida salió rápido y caliente, nos atendieron a penas entramos y todo estaba delicioso. No tengo queja absoluta de nada, este restaurante es un clásico que se conserva de maravilla con los años! Siempre lo recomendaré.

La comida es muy buena y económica, pero tuve un pequeño problema porque pedí chimichurri adicional y todos estaban agrios, pero me los cambiaron sin problema por unos buenos. No hay prácticamente estacionamientos y los asientos son muy limitados, pero la comida es fresca, se nota que preparada prácticamente al momento y mantiene sabor y calidad. Una buena opción, siempre que pidas para llevar o estés dispuesto a esperar 15-20 minutos por lo mínimo por un asiento.

Deliciosos ice cream rolls para disfrutar en cualquier época del año, el local casi no se da abasto para la cantidad de demanda que tiene pero se esfuerzan porque la atención sea buena aún habiendo tantas personas. El waffle pop de fruity pebbles es nostálgico y delicioso, pero en general todo se ve delicioso. Parada obligatoria si estás en la zona del casco!