Maitre de Table de la Chaine de Rotisseurs
Catador Avanzado
Miembro Foodie
He vivido en hotels de 5 estrellas más de la mitad de mi vida, así que aprecio la Buena comida y un excelente servicio
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Sobre mí
Miembro desde:
Marzo de 2011
Restaurante favorito:
Chalet Suizo - 1985
Para acompañar mi comida no debe faltar:
Pan y Vino
El mejor plato que he comido:
Pasta a la Ruota Parmeggiano
Mejor descubrimiento reciente:
Miss Cho, buena combinación de diferentes estilos. Ambiente bastante joven.
Postre favorito:
Helado
Cerveza favorita:
Leffe
Vino favorito:
Opus 1
Día preferido para salir:
cualquier día
Programa de cocina favorito:
Las promociones de las TC
Posición 5406 del ranking de calificadores de Panamá.
35 comentarios en Panamá
No tiene fotos en panama
Caleta
Fuimos a picar algo después del teatro, en la terraza afuera, llamada "Mayda Bar". A pesar de haber reservado, no había mesa lista para las 8 personas y tuvieron que armarla al momento. La política de no dejar entrar a nadie sin reserva no sirve para nada si, cuando viene uno con reserva, no saben de ella. Una de las mesas tambaleaba que fue muy desagradable. El mesero nos dijo que el chef tenía 5 (cinco) estrellas Michelin, o sea una categoría no existente. La comida fue aceptable, la arepa de cangrejo sabroso, el brioche con langosta más brioche que langosta, la Tostada con aguacate rica, la selección de vinos muy bueno, aunque creo que exageran un poco en los márgenes. El servicio en un principio muy bueno, hasta que nuestro mesero nos dijo adiós, se terminó su turno, pero había entregado todo a su compañero. bueno así no fue, tomó más de una hora en pagar las cuentas separadas, a pesar que lo habíamos indicado desde un principio. Además se equivocaron del precio de vino, y primero trataron de decir que fue el impuesto que incluyeron, donde todo el mundo sabe que viene al final, luego dijeron que este fue el precio, hasta que insistí que trajera la carta para cerciorar cuán fue el precio correcto, por fin trataron con la excuso que fue el otro vino de la misma casa, que consta que no había en la carta. de hecho los únicos vinos a 60 fueron blancos pero no había manera que admitieron su error hasta muy al final. El hotel es nuevo, espectacular, pero les falta mucho. Si saben que vienen muchas reservas, que es lógico en las noches de teatro, deberían planificar/adaptar mejor los horarios. También fue notoria la ausencia de cualquier supervisión ejecutiva, en una noche de teatro y de alto movimiento.
Tommasino Cucina di Mare
La ubicación del restaurante es muy accesible, están en un barrio residencial en una mansión transformada. Cuando llegamos, temprano, no había valet parking pero suficiente parking. Cuando salimos notamos que ya había llegado la facilidad del valet parking. La entrada ya da una impresión del ambiente agradable, grandes ventanas que te hacen pesar que estás en un jardín tropical, inclusive, atrás tienen una terraza al aire libre donde efectivamente estás en un jardín. Ya que éramos una mesa grande en un principio se complicó un poco el servicio, más por nuestra culpa ya que no todos llegamos al mismo momento, pero una vez normalizado, se puso excelente. La carta no es muy extensa, que es una buena indicación para una buena calidad de comida, generalmente la relación entre tamaño carta y la calidad es al revés. Como hace sospechar en nombre, el menú es principalmente italiano. Comimos uno de los mejores risottos que he comido en mucho tiempo, el antipasto para dos era bueno, el rib eye delicioso, con una garnitura espectacular y las pastas todas buenas. Los vinos tienen buena relación calidad precio, siendo el Montepulciano de Abrruzo el "vino de la casa" me dijeron. Ya que conozco el vino, no dudé más, a buen precio. El café lo sirvieron caliente como debe ser y bien rico, y bien necesario para digerir la gran cantidad de comida, ya que las porciones no son pequeñas. El único punto no tan bueno, la acústica, que hace mucha bulla si habla demasiada gente al mismo tiempo, podrían tirar mas telas en el techo para esto.
Chèvre
La calle 72 en San Francisco se ha convertido en un "cluster" de restaurantes, que resulta en una falta de estacionamientos, pero el restaurante cuenta con un buen servicio Valet Parking a $ 4. Con tanta competencia en una sola calle, hay que ser bueno y tener algún "gancho" para destacarse de los demás. El gancho de Chèvre se ve inmediatamente al entrar, en el mostrador grande de exhibición de varios tipos de quesos, una interesante presentación. Luego pasando por una pequeña área con unas mesitas, entramos en el jardín de la terraza, que estaba llena, completa. Menos mal que habíamos reservado, así que obtuvimos una de las mejores mesas. Al dirigirnos a la mesa, no pudimos evitar admirar la cocina abierta a la vista, siempre me ha gustado este concepto. Lamentablemente, dos de nuestros teléfonos no captaron el QR code para ver la carta en el celular. Había buscado la carta en el sitio del Restaurante pero no la encontré, que sería una buena idea para todos los restaurantes que usan el QR code para así permitir los clientes revisar de antemano el menú, que también agilizaría la toma de pedidos y así ayudaría a mejorar la rotación de las mesas y los ingresos, porqué desplazarse por la pantalla chiquita para ver todos los platos es una tarea bastante larga. Si ya la carta está en-línea, no debe ser muy complicado ponerla en su propio sitio. El mesero que nos atendió fue súper amable, me dejó catar varios vinos ya que no había el vino que originalmente había pedido y no teníamos quorum para pedir botella, pero por fin de cuenta conseguí uno muy bueno. La misma comida fue un poco inconsistente, la pizza visubio es un espectáculo para la vista y para el paladar, una gran muestra de creatividad, mientras que la sopa de cebolla y las pizza 4 quesos estaban buenas, pero nada excepcional. Como de costumbre insistimos que trajeron los café muy calientes, que resultó en un cappuccino hirviendo con un lindo mensaje escrito, en el sentido que era tan caliente como el volcán Barú, otra gran muestra de la creatividad en este restaurante, aunque este efecto tan positivo fue un poco mitigado por un expresso tibio. Nos informaron que las pizzas eran de tamaño "individual" pero me parecieron un poco grande, bien podrían hacerlas un poco más pequeño y así bajar el precio, porque son bien caras.
Meze
Después de un año de no salir por la pandemia, escogimos a Meze por su reputación recién y posibilidad de comer en una Terraza al aire libre. Aunque la terraza está directamente después del estacionamiento, uno no se percibe de esto, por la buena y agradable arquitectura, que asegura un muy buen ambiente en el restaurante. Aún a dentro es muy aireado, con ventanas largas y una cocina directamente a la vista, que alimenta el paladar. La carta es un poco larga y el hecho que hay que hacer un "scroll" en el teléfono no facilita la búsqueda de los platos que uno quiere comer. Así que me quedé un unos favoritos eternos míos griegos como queso en filo y el trio de degustación; realmente, son los mejores que he comido en Panamá. No pudimos opinar sobre la carta de vinos, toda vez que recién vacunados no pudimos tomar alcohol, pero nuestros amigos si, y creo que los precios no son muy bajos pero tampoco exagerados. En el ambiente, se puede notar las ganas de la gente para salir después de tanto tiempo, pero creo que aún en circunstancias normales por la forma del local siempre gozará de un muy buen ambiente. A pesar de que mencioné la importancia de traer el expreso caliente, llegó frio, igual que el cappuccino que tuvimos que devolver. Lástima porqué así la última impresión del servicio fue una falla. Se complican la vida en partir el pago de la factura entre varios, pero por fin de cuenta salió todo muy bueno.
Saint-honoré (Punta Pacífica)
El Restaurante está un poco fuera del camino, hay que saber donde está para encontrarlo, pero una vez encontrado vale la pena. A primera vista parece una panadería muy sofisticada, al mejor estilo francés (el dueño es francés y se nota). En verano, aún durante el día, está bastante fresco a fuera en la terracita, por la brisa del mar, y a dentro hay un ambiente relajado informal. La comida demoró un poco, a pesar de tener poca clientela, pero una vez que llegó la entrada, el quiche, estaba fuera de serie, posiblemente uno de los mejores quiches que he comido en Panamá. La selección de jugos naturales es un poco limitado, pero lógico, considerando el tamaño y que los quieren mantener fresco, recién hechos. Luego nos trajeron los casse crouts, con un pan excelente, traen la masa desde Francia. El servicio se podría mejorar no obstante, no parecen tener mucho sistema, ya que fuimos atendidos por 4 meseros diferentes. También, en el afán de traer los platos principales a mismo tiempo, una no tenía ya la temperatura adecuada - sugerencia, mejorar la destreza en la cocina en cuanto cuándo marchar los platos, o traer los platos una vez que estén listos. He estado luchando con el supuesto protocolo muy equivocado que los comensales deben esperar hasta que todos hayan sido servidos, para comenzar. Esto es la falacia más grande del mundo y ha causado muchas veces que alguna gente debería comer frio, la comida es más importante que el supuesto protocolo. El capuchino trajeron caliente y decorado al mejor estilo de barista. Ojo ... Este comentario fue erroneamente adscrita al St. Honoré Clayton por error mio, pero aplica al St. honoré Punta Pacifica
Napoli
Es un restaurante familiar muy grande, por lo tanto casi semi-industrial. El tamaño, la carta con una gran selección de platos y el servicio son todos ideales para ir en familia con niños pequeños. Las pizzas no son muy crujientes, la lasaña un poco grasoso, los spaghetti general muy buenos y la mayoría bastante al dente, la milanesa muy mediocre en producto como en preparación. El servicio se esfuerza, pero se nota la característica semi-industrial aquí, con un volumen tan grande es muy difícil esperar un servicio excelente. La carta de vinos es razonable, considerando el tipo de restaurante y con una relación precio/calidad relativamente buena. Mi expresso vino medio-tibio, justa al punto de poder beberlo todavía. En general, no es para ir en pareja romántica, pero bueno para familias.
Saquella (Soho Mall)
El restaurante está ubicado dentro del Mall, en la Planta Baja, en el centro del pasillo/plaza principal, que podría ser una ubicación maravillosa, y de día hay bastante ambiente, pero de noche está bastante vacio, tanto el restaurante como el Mall. Qué pena, porque los dos merecen mejor. Nos recibieron muy amable, nos dejaron escoger la mesa que queríamos (bueno no habían muchas ocupadas) y tuvimos una buena experiencia. La entraña es muy, pero muy buena, los gnocchi 4 quesos igual, el único punto negativo fue que, como muchos restaurantes en Panamá, sirvieron el vino tinto "al tiempo" sin haber entendido que esto quiere decir al tiempo en latitudes nórdicos, con una temperatura de como 17 grados, no a 24. Pero nos trajeron una hielera y después de un tiempo ya estaba a buena temperatura, aunque un vino exquisito sufriría, pero los vinos medios a buenos pueden aguantar esto. El problema era que al traer la comida tan rápida, no tuvimos oportun idad de tomar una copita antes de la comida, debido a la espera. Mi expreso llegó bastante caliente, pero al salir nos impidieron salir por la ruta más corta, ya que estaban haciendo la limpieza diaria ya, con clientes a dentro y todo. Fuimos por la oferta, aunque el restaurante es bueno, al precio regular me parece un poco caro por todo que ofrece.
Barrio Pizza (Casco Antiguo)
Una pizzería buena, sin pretensiones, mesas grandes, así que te puede tocar compartir mesa con gente simpática. Las pizzas están buenísimas de topping (de los mejores en Panama), pero la masa podrá ser más crucijiente, quizás por que se adhieren al concepto de "comida rápida" y efectivamente las pizzas llegaron súper rápidas … quizás un poco más de cocción y un poco más lento, no creo que mucha gente lo importa. El sistema de pedir y pagar por adelantado en la caja también refuerza el concept de fast food, pero conlleva un grave problema, que lo tuve que clasificar en "servicio" pero realmente pertenece a un defecto en la Administración. Las meseras aparentemente reciben las comandas para la comida, pero los vinos se quedan atrás. Al reclamaros, no tuvieron que pedir las facturas expedidas en la cajas y entregadas a nosotros, para cotejar qué vinos habíamos pedidos para luego buscarlos, así que llegaron ya un cuarto de pizza comida. Al salir, tuvieron que buscar de nuevo las facturas (fiscales) (las habián botado o algo) para nosotros cumplir con la ley y no salir del local sin factura. Seguro que volveremos, para ver si corrigieron las deficiencias y para comer bien, aunque con las mismas.
Ocho y Medio
El Restaurante está en una buena ubicación, a media cuadra de la Plaza Herrera, no obstante, como casi todo en el casco viejo, es difícil llegar en carro. La entrada por un corredor no muy atractivo es un gran contraste cuando por fin se entra en el mismo restaurante, un jardín espectacular. A pesar de haber reservado nos querían dar una mesa no muy buena, pero al rechazarla nos dieron que es probablemente la mejor mesa en el jardín. El servicio es un poco confuso, parece que los meseros no tienen rangos asignados ya que nos atendieron varias personas. Tuve que solicitar la carta de vinos a tres personas diferentes hasta que me lo entregaron. Luego el vino (tinto) llegó a temperatura de ambiente (de Panamá, o sea como 25 grados) y tuvimos que solicitar una champañera con hielo para enfriarlo, que no es conductivo para la calidad del vino ni para satisfacer el apetito del cliente que quiere tomarlo ya. La comida estaba muy bueno, el pargo - que fue lo que me recomendaron - con mucho sabor y la corvina al curry también. El personal, a pesar de las fallas en el servicio, súper amables, aún con restaurante lleno y mucho trabajo. Lamentablemente parece que la máquina de expresso ya tiene bastantes días dañada y así no logramos disfrutar la digestión a un máximo. La carta de vino tiene un muy buen surtido de muy buenos vinos y, aunque no sea muy grande, al igual que la carta de comida, la selección es más que suficiente. Recomiendo mejorar la gestión administrativa, para evitar fallas como en el mantenimiento, la cava de vinos y la confusión de la atención.
Fandango
Restaurante nuevo que fuimos a descubrir. Es una vieja casa en Obarrio, remodelada para restaurante, que no deja mucho lugar para experimentar en el ambiente. El mismo dueño recibe y atiende que se nota en la calidad del servicio. Todos los platos como en España, el mismo cochinillo lo comparamos con el de "Candido". La carta de vinos es un poco pobre pero me dijeron que están trabajando en la misma, mientras tanto el vino recomendado fue bastante acertado. Definitivamente regresaremos cuando la carta de vino está completa.