Este es el tipo de lugar que te invita a quedarte a pasar el rato, tiene todo lo necesario: Un ambiente tranquilo, relax y casual. Buenas e interesantes opciones de bebidas con y sin alcohol. Tienen una selección de comida salada muy bien trabajada. Y los postres son los reyes indiscutibles de la velada. Tienen postres clásicos como macaroons y pie de limón por ejemplo, pero tienen otros como la magia del tiempo, la pirámide de Nutella y varios más, que no existen en ningún otro lugar en Panamá y está es la mejor sorpresa de todas y un factor determinante para volver una y otra vez. Los precios no son lo que uno se imagina al salir al aire la palabra "pastelería francesa", los precios son justos y accesibles. Definitivamente es una experiencia que vale la pena probar y repetir.

Con mucho gusto puedo decir que este es un lugar de hamburguesas que pensó muy bien su opción vegetariana (Vegetallica). La combinación de sabores es excelente. Dos detalles muy importantes que vale la pena resaltar: el patty no estaba seco y la lechuga y el tomate estaban súper frescos. El acompañamiento es papás o camote. La sazón que le pusieron está buenísima y tienen una mayonesa de la casa igual de buena o mejor. El ambiente del lugar es relajado. Es ideal para un after office.

La comida: Muy buenas porciones, sabores interesantes pero muy sobrecargados. No es una comida que tu estómago vaya a digerir con tranquilidad. La atención, todo el mundo súper amable y servicial, sin embargo toca pedir las cosas varias veces porque están muy desorganizados, no sé si fue cuestión de la noche que fui o es así siempre. El ambiente... La acústica del lugar no es buena, encima había una presentación en vivo, consistía solo en una mujer y su guitarra, cantaba precioso pero al final fue tanta la bulla que no pude disfrutar la comida. Malamente pude hablar con la persona que tenía enfrente. Por el menú y ciertas cosas del restaurante, me di cuenta que el nombre original no era Mr. Limón sino Dr. Limón. El nombre de los platos están creados alrededor de ese nombre, no sé qué pasó que lo cambiaron pero que no hayan actualizado todo, daña la imagen del restaurante.

Fue una experiencia con sentimientos encontrados. La amabilidad de las personas que te atienden es muy buena, solo que habían 3 personas tomando el pedido y debía repetirlo varias veces, los platos llegaron bien, una de las bebidas no. Un buen detalle es que al final, la factura fiscal me la trajeron a penas la pedí. Me chocan mucho los restaurantes que te dan tres vueltas para dártela. La entrada salió súper rápido (Carpaccio Strega), muy buena. El plato fuerte demoró un poco. Las porciones son decentes pero si eres de estómago grande no sales realmente lleno. Pedí Espaguetti Marseghiesa, la pasta muy buena, la salsa también, el tema fueron los camarones, eran de los congelados que no saben a nada, para lo que costó el plato, esperaba camarones de verdad. Los platos recomendados acá en Degusta, no todos están en el menú. No sé si lo habrán cambiado o qué pasó. El restaurante es muy bonito, lo que no entendí fue el concepto. En el menú tienen una bruja, el nombre va en esa línea pero la decoración no terminó de encaminarse en esa dirección. Eso no le quita lo bonito. En conclusión, no es un restaurante barato y lastimosamente la cantidad de comida y el camarón congelado no justifica el precio.

Fui con expectativas muy bajas y salí con brillo en los ojos. Fuimos tres personas y cada uno salió más feliz que el otro. Fueron tres platos de pasta, todas cocinadas a la perfección. Los platos son grandes, la atención muy buena, el ambiente es relajado y el dueño está presente. Tienen un plato perfecto para indecisos, Trío Spuntino, que son raviolis con salsa roja, blanca y al pesto. Altamente recomendado.

Este es uno de esos lugares que resultan ser una grata sorpresa. Entré con las expectativas bajas, no había conocido hasta el momento un restaurante donde pudieras armar tu pizza y que no te saliera un ojo de la cara. Este es ese restaurante, por $8.99 puedes elegir los ingredientes que quieras y la selección es amplia, además puedes hacer tu pizza con mitad salsa roja y la otra mitad salsa blanca o incluso nutella. Cabe resaltar que son pizzas delgadas, la masa y las salsas no son caseras, aún así tienen muy buen sabor. En el menú también tienen ensaladas y pizzas con ingredientes fijos.

Este solía ser uno de mis restaurantes favoritos hace 10 años aprox, no lo cambiaba por nada y se lo recomendaba a todo el mundo. Dejé de ir por muchos años y recientemente volví (varias veces) y fue una decepción bien grande. El menú sigue siendo el mismo, los precios subieron considerablemente y la calidad y el servicio se fueron al subsuelo. Una verdadera lástima. Los helados siguen siendo buenos. La comida no puedo decir que es mala, probablemente si no hubiera conocido este restaurante cuando empezó podría decir que es hasta buena, pero conozco cómo empezó, la calidad y el gusto que tenía, y por eso le doy una puntuación de regular a la comida. Ahora, si uno va en son de familia, es muy buena opción.

El lugar es divino, la decoración, los elementos, la iluminación son divinos. Respetaron unos pisos originales del edificio y ciertos materiales nuevos que introdujeron son reciclados (o eso entendí), uno realmente disfruta la decoración del lugar. Me encantó! La propuesta de comida es muy interesante, tienen platos que hasta el momento no he visto en otros restaurantes, y si es un plato común, le agregan cosas que lo hace único. Vale la pena pedir muchos platos y compartir, así se prueba de todo! El servicio da para más, nos tocó un mesero que era nuevo pero el gerente es un tipazo! Así que con eso se equilibró la balanza. Ojalá uno se topara gerentes así más a menudo. El problema: como todo en el casco viejo, el estacionamiento, ahora subcontrataron un servicio de valet parking pero los tipos son unos maleantes, cero trato al cliente y cero presencia, sientes que le estás dejando el carro al primer maleante que te topas en la esquina, ojalá cambien de servicio pronto o lo mejoren porque esa es la primera impresión que te llevas del lugar si vas por primera vez y en carro.

Los platos vienen con una buena cantidad de comida, pero la calidad dejó mucho, mucho que desear. Lastimosamente no recuerdo el nombre del plato que pedí, pero habían unos camarones involucrados que sabían a camarón de plástico guardado por varios meses en el congelador y echados sin el más mínimo amor a la paila. Los platos alrededor no fueron malos, pero tampoco estuvieron buenos. La atención fue normal, atendieron relativamente rápido y así mismo trajeron todo. En conclusión, me pareció comida muy genérica y muy cara para lo que es, le faltó ese sabor mexicano tan característico.

Recién estoy empezando a ir a este lugar, he probado 2 sopas y 2 ensaladas distintas y ninguna me ha decepcionado! La combinación de sabores y la calidad de los ingredientes es muy buena. Lastimosamente es un lugar al que tienes que ir mentalizado a que te traten mal. Y si pides a domicilio prepárate también para pelear.