Para quien quiere probar diferentes platitos con sabores con personalidad es muy buen lugar. La atención fue muy buena y la ambientación también. Si se quiere conversar con amigos la música, especialmente la que se escucha en vivo, está un poco alta. La vista de la terraza es muy atractiva, personalmente subi cuando era ya de noche, me imagino que un atardecer con una copa de vino debe ser el momento ideal.

Una opción de comida diferente. Le temia al picante, pero no es un problema. Me gusto la explicación de los meseros ante las preguntas sobre el menu, no me gusto: le agregaron televisores al ambiente...

No es la primera vez que voy a "Fuego Lento", fui hace un tiempo cuando recién se inauguró. Me parece que la calidad de la comida cayo un poco. Pedí una entrada que debia traer molleja, chorizo y morcilla, con patacones. Despues de esperar bastante, tomar toda la bebida y tener que pedir una segunda vuelta, vino bien pero la calidad de los chorizos no era buena (conozco) y no vino la morcilla. Luego, pedimos diferentes cortes de carnes, y otra vez, la esperaaa fue larga, y la carne, tierna pero tibia hacia fria..Un amable encargado se acercó a preguntar como estaba todo a lo que le dijimos, bien pero un poco frío, muy amable, compensación cero.. De postre panqueques de dulce de leche..me pareció que la masa no era la de los "crepes" habituales, no estaba mal pero había un gustito que no cerraba.. No sé si volvería... El entorno es uy agradable (aunque la cantante era buena, no nos permitía conversar entre los que estabamos en la mesa..)

La comida me parecio de calidad, lástima que vino fría a todos los de la mesa (7), detalle que se podría corregir, hay a quienes esto es un detalle pequeño, la verdad que a para mi es importante. Los postres en general bien, aunque hubo uno que no contó con la aceptación de la mayoría, la "Sinfonía de citricos", mucha leche condensada y algo con vino que no gustó en general, yo disfruté de los panqueques con dulce de leche.

Los mariscos se los sentía bien frescos. Pedi una langosta que esta buena aunque estaba un poco sobrecocinada y a mi criterio iba acompañada por papas fritas que la desmerecia un poco. De entrada unos camarones caprese, excelentes! Le agregaria algún postre como helado o frutas. El ambiente es clásico, sería perfecto un pequeña modernización quizas.. Vale le pena visitarlo para disfrutar de los sabores del mar..

Hace 5 años que vivo en Panamá y había escuchado de este lugar como un lugar "tradicional". Pregunté donde podía comer "mariscos" y me lo referenciaron. Salimos muy conforme. Las porciones, generosas. Próxima vez, que seguro habrá, podré compartir plato. Probé de entrada, pulpo a las brasas con cebolla acaramelada, el punto del pulpo super! igual el punto de unos "calamares rellenos de Manchego", recomendable! los otros comensales pidieron langostinos al ajillo (creo que ha sido uno de los pocos lugares que sirven 6 grandes), excelente. El cochinillo quizas, siendo muy exigente, estaba un poquito grasoso. En postres sugeriria algún helado para incorporar o postre, si se puede llamar, "digestivo" (en base a limón, menta, etc).

cuidado con el ESTACIONAMIENTO: Me gustaría que advirtiesen que para estacionar no se puede usar la playa de estacionamiento del frente del restaurante para terminar una linda velada sin tener intercambio de palabras con nadie (especialmente cuando uno se encuentra con gente muy grosera ahi al frente)

El ambiente es muy acogedor con detalles realmente charming, agregaria música suave (tipo jazz por ejemplo) y reforzaria iluminacion difusa, quizas con algunas velas.. La carta de vino, agregaria algunos Malbec en el campo de los vinos rojos, y ampliaria un poco más la oferta.

Lei comentarios criticando la entrada, pues a mi a travesar el parking mirando la puerta a medida que me acercaba traia a mi memeoria alguna villa italiana visitada en el sur de Italia. El ambiente recreado, con luz tenue y elegancia me pareció excelente. La atención esmerada, con su disposición y explicaciones colmó mis expectativas. No sé si el sistema de brindar diferentes platos en porciones pequeñas pero que permitian probar de todo, continuará en adelante, pero si no, me pareció una excelente idea para conocer lo que podían ofrecer. En precio es un poco más oneroso que la media, pero un placer haber sido atendida en un ambiente tan agradable.

Siendo extranjera me llamo la atención del nombre "Don Patacón" que me provocó visitarlo porque quería algo como con sabor panameño. Me gusto la atención y la propuesta de las comidas, le ponen ganas a la presentación y considero que está bien ambientado con su luz tenue. El problema es el parking, no sé como se podría solucionar, es decir la única solución es hacer uso del valet parking... He llevado a amigos que vienen de afuera de Panamá.