Este restaurante lo visito de hace muchos años y siempre es la opción mas segura para comer sushi. Algo que me molesta del sushi en Panamá es que el arroz siempre está cocido más de la cuenta, cuando lo como en otros países el arroz no está tan cocido.

Tuve la oportunidad de visitar la segunda semana despues de su apertura. He comido en PF Chang's en EEUU y en el medio oriente y lamento decir que este todavía le falta. La comida, su presentación no era la mejor de este restaurante. Los noodles sobrecocidos, las comidas mal presentadas. Creo que hay que darles un tiempo para que se acomoden y comiencen a corregir estos detalles. Otra cosa es el volumen de las personas, está bien conversar y pasar un buen rato pero es un espacio cerrado y no un mercado de abastos, bajen le al tono con el que hablan, es difícil rio a las otras personas de tu mesa por el ruido que hacen las otras personas gritando.

Comida muy rica, buen menú. Servicio débil pero por falta de experiencia. Algo que si espero tomen en cuenta al leer este comentario es que la mayonesa no es una guarnición y ponerlo en todos los platos que tengan algún marisco o pescado está mal. La arepa de langosta muy rica los primeros dos bocados pero ya después cae mal por tanta mayonesa. Bájenle a la mayo y corten con algún cítrico o hierba. Pedí un salmón grilled muy bueno al igual que la terminación de las carnes.

Tuvimos la oportunidad de visitar Solo por primera vez para la cena. Llegamos a eso de las 8:30 p.m. y nos recibieron y sentaron de manera muy rápida. La mesa ya estaba reservada y los puestos organizados para las tres personas que veníamos. El menú es muy completo, un poco de todo y todo con un toque de autor, que mezcla muy bien la cocina francesa o panameña, con cocina internacional, como puede ser un wantón de angus beef, o un tiradito de corvina con espuma de ají chombo (dígase Perú con Chorrillo). Ojeando el menú, con la ayuda de Georgette que era la encargada de nuestra mesa, tomamos nuestro tiempo preguntándole con detalle cada plato y muy amablemente nos ayudó, diciéndonos que platos nos recomendaba y cuál iba bien con qué. Al final nos decidimos por 4 entradas: un bisque de langosta, un carpaccio de res con queso, unos wantónes de angus, y un tiradito de corvina con espuma de ají chombo. Todo muy delicioso, el tiradito muy fresco y de excelente textura, nada baboso como temía una comensal y la espuma de ají le daba un buen sabor. El bisque estuvo bueno, pero podía ser mucho mejor. El carpaccio era lo que es, carne en lajas muy delgadas acompañadas por arúgula y un queso, y con la opción de limón o un pico de gallo, y aceite de oliva, sal pimienta. Lo que más disfrutamos fueron el wantón de angus, la combinación sale muy bien y la salsa con lo que lo presentan era algo como un ketchup de otro nivel. De plato fuerte nos decidimos por el duo de pato confit y magret, las costillas de ternera y un fetuccini primavera con mozarella bufalo. Empecemos por el fetuccini, en lo personal me pareció bueno, la pasta estaba un poco más que al dente, pero en sí era algo muy básico y bien ejecutado, no algo que pediría con la demás oferta del menú. Las costillas estaban muy ricas, buen sabor pero error nuestro que no dijimos que las asaran a tres cuartos y creo que por eso se secaron un poco, pero igual tenían un buen sabor, pero textura un poco seca. Para finalizar el duo de pato. Este es el plato estrella del restaurante, un confit delicioso, suave, lleno de sabor, cocido lentamente y puedo recomendarlo para aquellas personas que saben de buen comer y disfrutan comer esta ave. El magret estaba tan bien preparado que puede pasar como un buen corte de carne de res (no se si esto sea malo pero para mí es excelente). Toda entrada o plato fuerte viene con muy buenos acompañantes, como gratinado de papas, plátano chips, panecillos. De cortesía nos dieron unos abreboca de pan con queso y platano que fueron muy buenos. De postre se pidió un napoleón de fresa que no probé, pero muy rico según escuché. Tienen carta de vinos, servicio completo de cubiertos, copas, y se merecen las 5 estrellas por esto. Volvería, a probar los otros platos que tiene el menú pero seguramente repetir el pato. Quién dijo hambre?

El restaurante está en apogeo, ayer fuimos un grupo de tres personas, sin reserva, nos pudieron acomodar en la parte de afuera, que son unas bancas sin respaldar, como las de picnic, que no es gran problema, el ambiente es bueno, sencillo pero limpio, velas, iluminación baja, buen setting. Pedimos 3 entradas, un ceviche tempura, unas hojaldas con ropa vieja, y un pulpo que no recuerdo bien el nombre. El ceviche era más tempura que pescado, porciones minimalistas, que no es problema si ese es el concepto que se desarrolla, lo respeto. Las ojaldas con la carne mechada (ropa vieja) buena idea, lo único es que la hojaldra frita, y encima la carne con su salsa aceitosa, lo único que pudimos degustar fue aceite. El pulpo por otra parte si fue una delicia, buen sabor, algo ahumado por ahí, creo que cilantro, tremenda combinación, no hay queja, nuevamente, todas las porciones son un poco minimalistas, así que es bueno ir con media hambre, no hambre entera. Para plato fuerte pedimos dos baby beef con salsa de achiote, y una carne que no está en el menú, es especialidad del chef, viene marinada o aged por 30 a 40 días. La carne la pidieron a medio cocer pero en sín creo que estaba más blue que medium rare, pero igual no oí gran queja. Mi baby beef a 3 cuartos estaba bien, lo único es que para mi un corte de carne, cuando es restaurante prefiero que no lo hagan butterfly y le dejen cierto grosor, se disfruta más, y al cocinar o asar no hace tanto crust y disfrutas más la textura de la carne. El side eran unos vegetales que la verdad si estaban en su punto, crudos pero cocidos lo suficiente con aceite de oliva, un toque de ajo y algún verde que no recuerdo si era perejil o cilantro. Ah, el pan que ofrece la casa es sabroso, lo hacen en una paila y viene con mantequilla para untar. Otra cosita, como llegamos y esperamos 10 minutos por la mesa nos ofrecieron bebidas por cortesía de la casa, muy buen detalle por parte de ellos, sabiendo que no teníamos reserva. No regresaríamos porque en realidad la comida no nos volvió locos, quizás porque pedimos cosas que no nos impresionaron, pero en general buena experience, no para repetirla, en cuanto al precio creo que estaba bien, regular, so so. Ah el postre era cheesecake de maracuyá y un brownie. Buen cheesecake, brownie también, pero nada que haga ver fuegos artificiales. Tengo hambre!