Visité el lugar por primera vez el domingo en almuerzo, pedí una entraña y estaba muy salada y demasiada cara para un trozo de carne, que aparte estaba muy, demasiado salada, le dije a la chica que se llama Ruth y me supo responder por el plato. Me lo cambiaron por un lomito salteado que también estaba mal, un poco crudo y también muy poca porción para un plato personal. La atención muy buena por parte de Ruth, la comida demasiado mala, deben de mejorar si tienen esos precios demasiado exagerados