Es un restaurante histórico y turístico, muy bonito y bien conservado; con pinturas de la época en que fue fundado pero un sistema de ventilación moderno por lo que no es caluroso a pesar de estar en Panamá. Variedad de platillos salados clásicos panameños, buen café también variado. Al ser turístico es bastante concurrido por lo que después de las 10 am puede ser complicado encontrar mesa vacía, además del bullicio por estar lleno de comensales que puede dificultar la comunicación. A pesar de todo, no es costoso y definitivamente un buen lugar para ir en familia.

Cafetería muy bonita con una decoración única del interior. Atención al cliente eficiente muy amable. Los platos son variados , tanto para sus platos fuertes como opciones para desayunos o postres; buenos precios y porciones generosas. A mi familia nos gusta mucho ir desde que la descubrimos

Buena atención, comida variada de buen sabor y presentación para prácticamente todos los gustos. Fácil de llegar; buen ambiente para estar en familia, en pareja, con amigos o solo pues hay distintos tipos de mesa y sillas.

Buenas bebidas Rica comida Poca iluminación Extraña acústica Buena atención No hace frío pero tampoco calor. Porciones llenadoras para hasta 2 personas