La calidad de los productos que ofrecen ha ido empeorando con el tiempo. Los que conocieron esta franquicia hace 10 años no me dejarán mentir. Los precios han ido en aumento, como todo en Panamá, pero a su vez la calidad y el tamaño de las porciones se han visto negativamente afectados. Hace siglos ya no te incluyen los palitos de zanahoria en las ordenes de buffalo wings las cuales son tan pequeñas que parecen de pollos que vieron un solo amanecer. Recientemente ordené un pollo Jack Daniel's que según la descripción del menú venia con "dos pechugas de pollo" y tuve que devolverlo porque a duras penas podías sacar media pechuga de entre los dos pedacitos de pollo que traía. Un verdadero insulto para un plato de $15. En el servicio también han perdido el rumbo. Si no te traen la entrada del lunch junto con el plato fuerte, llega después de éste. El ambiente se ha mantenido, siendo uno de los mejores lugares para pasar un rato ameno entre amigos o familiares, siempre y cuando no mantengas iguales expectativas de la calidad de la comida y el servicio.