Un lugar verdaderamente único, que se distingue por su concepto de "No Phones Allowed" y por sus tres niveles, cada uno ofreciendo una experiencia diferente. Es impactante, elegante y exclusivo, lo que lo convierte en el sitio perfecto tanto para una cena especial, ya sea personal o de negocios, como para disfrutar de unos tragos y tapas, o incluso para fumar un cigarro. Su pequeña terraza ofrece una excelente vista a la Catedral Santa María. Un simple review no le hace justicia; este es un lugar que debe vivirse en persona

Un nuevo lugar en Casco está en una zona rodeado de discotecas, y cuenta con un rooftop con buena vista. El servicio fue excelente: el personal recomendó y explicó cada trago con detalle. Aunque no planeábamos comer, seguimos la sugerencia y probamos los Tuna Cannolis, que no recomendaría si no te gusta el atún o eres sensible a las texturas. Pedimos varios cócteles, como el Old Kinder Fashioned, The Traveler y No Regrets, todos bien preparados.

Buena ubicación, ofrece una variada selección de emparedados y hamburguesas. En particular, el SuperClub y el Philly AON con camote son opciones que valen la pena probar. Sin embargo, en cuanto a su café, no me convenció del todo; lo encontré algo liviano para mi gusto. En cuanto al servicio, los meseros parecen cambiar con frecuencia, lo cual podría influir en la consistencia del trato; no es malo, pero hay espacio para mejorar.

Maito ha sido un habitual en la lista Latin America's 50 Best Restaurants, y no es por casualidad… Visité el restaurante con un grupo grande, así que tuvimos la oportunidad de probar casi todo el menú disponible en ese momento. Como entradas, nos decidimos por los wonton dumplings de camarón y la cochinita pibil, y ambos platos fueron espectaculares, frescos y con un toque picantito Para el plato fuerte, elegimos el chow mein de pato, el guachito caribeño, el maito one pot y la pesca chombasia. Aunque no soy fan del pescado, la pesca chombasia me pareció okay. Sin embargo, el resto de los platos, especialmente el maito one pot, me sorprendieron (el maito one pot fue mi favorito) En cuanto al postre, probamos la fresa con crema, la torrejita de maíz y el tres leches con baileys. de todos, el tres leches me pareció algo básico, pero el resto estuvo impresionante, especialmente la torrejita de maíz Para acompañar, pedí el cóctel Abuelo Maito antes de seguir con unas copas de vino, pero lamentablemente no fue de mi agrado Pedimos otros platos, pero no recuerdo sus nombres

Empezamos con las Arañitas Gourmet (patacones crujientes acompañados de mini chicharrón, queso, guacamole y crema). Aunque la presentación estaba bien, los patacones estaban fríos (no sé si esa era la presentación que buscaban), lo que no me gustó mucho; hubiera sido mejor si estuvieran calientes. De plato principal, pedí el pollo con brócoli y puré de yuca, que me pareció una excelente combinación. El pollo estaba perfectamente cocido, la salsa blanca muy buena, y el puré de yuca cremoso y fresco. También pedimos una ensalada mediterránea, que estaba fresca, pero no tuvo nada especial.

Es una cafetería con un ambiente agradable. Su pastelería es excelente y sus sandwiches son frescos y con buenas porciones.

El lugar es elegante y sofisticado, un ambiente elevado. La atmósfera es perfecta para una ocasión especial. Como cortesía, nos ofrecieron pan de la casa acompañado de una deliciosa salsa de tomate. De entrada, pedimos Pulpo e Patata, que resultó ser un buen comienzo. El Gnocchi al Gorgonzola e Tartufo estaba bien, aunque la intensidad de la trufa puede que no sea para todos. Otro plato que pedimos fue el Bombardon con Funghi e Tartufo, pero su sabor peculiar no fue de mi preferencia. En lo que respecta a los tragos, la Margherita Arrogante fue, sin duda, lo mejor de la selección; fresca y bien elaborada. Sin embargo, el Alba (Bourbon, amaretto, sirope de almendra, limón, clarificado) estuvo aceptable, un trago refrescante. A favor, la copa de vino resultó ser muy económica.

Comenzamos con las irresistibles Chicken Gyosa, ¡simplemente deliciosas! Para el plato principal, el Ramen Shoyu Wagyü con un toque picante fue una explosión de sabores. El ambiente del restaurante es encantador, solo asegúrate de reserva.

No nos decepcionó en absoluto, especialmente con la irresistible oferta de 2x1 en pizzas. Escogimos la Prosciutto e Rucola y la Tartufina, acompañadas por un par de copas de MOI Primitivo IGP. La Prosciutto e Rucola destacó con su prosciutto Parma de primera calidad, pero fue la Tartufina la que realmente nos dejó sin palabras. ¡Simplemente espectacular! Esta pizza va mucho más allá de lo ordinario con una mezcla de quesos exquisita y una crema de trufas que es todo un placer.

Aunque opté por el delivery, no puedo dejar de alabar a Naked Lukas. Ordené la increíble Cheesy B doble con bacon y unas papas trufadas, ¡y todo fue simplemente perfecto! La relación calidad-precio es excelente. Si tengo que señalar algo 'negativo', sería lo potente que puede estar la “trufa” y adictivas que son las papas trufadas.